Generalmente, todas las personas hemos desarrollado ciertos hábitos alimentarios, es decir, comportamientos conscientes que se repiten al consumir determinados alimentos, según las influencias sociales o culturales de nuestro entorno.
Según la Communicable Disease Center (CDC), organización perteneciente al departamento de Salud y Servicios Humanos del Gobierno de Estados Unidos, para mejorar los hábitos de alimentación de manera permanente, se recomienda seguir un enfoque basado en la reflexión, la sustitución y el refuerzo.
Consejos para adoptar buenos hábitos saludables
- Elabora una lista de tus hábitos alimentarios
En formato diario, anota momentos, alimentos consumidos, cantidades e incluso sentimientos o estado emocional. Esto te permitirá detectar malos hábitos como saltarse comidas o comer sin hambre.
- Detecta patrones de alimentación poco saludables
Una vez detectados los hábitos poco saludables, identifica cuáles son los factores que los desencadenan para eliminarlos o sustituirlos. Por ejemplo, estos pueden ser ambientales, emocionales o incluso no tener una planificación de comidas.
- Sustituye los hábitos poco saludables por nuevos hábitos
Consciente de tus hábitos, será mucho más fácil actuar para modificarlos. También te ayudará contar con una buena planificación de comidas para asegurarte de que estas sean saludables y equilibradas.
- Refuerza los nuevos hábitos saludables
Los hábitos se adquieren con el tiempo. Por eso, sé paciente y no tengas prisa por asumirlos de un día a otro. Todo pequeño cambio es beneficioso para la salud.